amos muchas cosas buenas por sentado en nuestra vida diaria. Un techo sobre nuestras cabezas, un sueldo fijo, una pareja amorosa, la capacidad de salir a correr los fines de semana. Los detalles varían, pero una de las grandes ventajas de la vida moderna son las muchas cosas increíbles con las que podemos contar. No estamos acostumbrados a quedarnos cortos, así que cuando sucede algo y nuestra vida comienza a desmoronarse, es fácil caer en patrones de pensamiento que se centran en la carencia y la desesperación.

A veces, las cosas malas son el resultado de decisiones que tomamos. A veces están fuera de nuestro control. En cualquier caso, depende de nosotros decidir cómo reaccionamos ante cada crisis. Un consejo que es importante recordar sin importar la adversidad a la que se enfrente es asegurarse de no olvidar de lo bendecido que eres en realidad. La gratitud puede convertir lo que tenemos en suficiente.
Hay una cita que me encanta y me gustaría compartir contigo de Melody Beattie. Aquí está:
“La gratitud convierte lo que tenemos en suficiente y más. Convierte la negación en aceptación, el caos en orden, la confusión en claridad ... da sentido a nuestro pasado, trae paz para hoy y crea una visión para el mañana"
Piensa en cómo puedes empezar a hacer esto en tu vida diaria. Un buen lugar para comenzar es simplemente respirar profundamente y hacer una pausa por un momento cuando las cosas vayan mal y todo comience a sentirse abrumador. Luego, piensa en una pequeña cosa por la que estés agradecido durante este tiempo. Puede ser algo tan simple como poder respirar aire fresco y limpio o vivir para luchar otro día.
Encuentra ese algo y comienza a construir sobre él. ¿De qué más estás agradecido? Sigue haciendo esa lista mental hasta que la desesperación comience a elevarse y puedas comenzar a pensar con claridad. Cuando lo hagas, podrás empezar a encontrar la salida, sin importar lo mal que parezcan las cosas al principio. Y recuerda, nunca se sabe lo bueno que puede resultar de la lucha que estás enfrentando en este momento.
Cuando la vida te da limones, haz limonada y no te olvides de contar tus bendiciones y usa la gratitud para convertir lo que tienes en suficiente. Nuestros antepasados eran excelentes en esto. Es hora de que retomemos ese hábito.
Este artículo es parte de la serie: El poder curativo de la gratitud