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uanto más lea y aprenda sobre el poder de la gratitud tanto en el cuerpo como en la mente, más se sorprenderá de lo mucho que puede hacer por ti. Echemos un vistazo a cómo el perdón puede liberarnos de las cosas que nos retienen. Más importante aún, profundicemos un poco mas en la conexión entre la mente y el cuerpo de practicar (o no practicar) el perdón. Terminaremos las cosas con una noción sorprendente que no puede permitirse perderse.

Piensa en la última vez que guardaste rencor.

¿Cómo se sintió eso? ¿Tuviste un hoyo en el estómago? ¿Tuviste problemas para dormir? ¿Estabas distraído de otras cosas más importantes? ¿Qué perdiste porque elegiste permanecer enojado con la otra persona? Guardar rencor no es bueno para ti. No solo eso, sino que la persona a la que le guardas rencor probablemente ni siquiera recuerde lo que hizo. No están sufriendo porque estás molesto. Tú sufres. Te estás aferrando a toda esa negatividad y solo te está envenenando. Y no se limita a destruir tu salud mental. Toda esta ira y resentimiento puede enfermarte físicamente y lo hará. Tu presión arterial sube; tu respuesta inmune disminuye. No duermes bien, lo que tiene otras implicaciones para la salud. Y ni siquiera hablemos de toda la comida chatarra que estás comiendo mientras te encuentras en este estado de estrés.

No dejes que guardar rencor te enferme.

En cambio, concéntrate en el perdón y la gratitud. Respira hondo y encuentra en tu corazón perdonar a la otra persona. No es fácil, pero está a tu alcance. Sé la mejor persona. Toma el camino más alto. Hazlo tú mismo porque sabes que se sentirá mejor al instante y hará maravillas por tu salud y bienestar mental y físico.

Insinué el hecho de que hay algo sorprendente en el perdón antes. Estoy seguro de que está ansioso por saber de qué se trata y por qué es algo que necesita saber. Es la idea de que el perdón no se trata realmente de la persona a la que estás perdonando. Claro, hay momentos en los que aprecian o incluso exigen tu perdón. Pero aun así, la persona que más se beneficia eres tú. Eso es correcto. El perdón no es para la otra persona. Es lo que te libera y te permite buscar la felicidad y sentirte satisfecho en tu propia vida.

En resumen, perdonar a la otra persona te beneficia. Mejora tu bienestar mental y tu salud física. Te hace dormir mejor por la noche y tener una buena perspectiva de la vida. No dejes que ese viejo rencor te robe la felicidad. Practica el perdón y siente gratitud por tener en tu poder el decidir si dejas que algo como el rencor te detenga o no.

Este artículo es parte de la serie: El poder curativo de la gratitud

Publicado el 
2/11/2021
 en 
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